Qué no debes hacer nunca durante el sexo
Cada persona tiene diferentes técnicas para alcanzar el placer, tanto de sí mismo como de su pareja, y así facilitar la diversión y el disfrute de la relación sexual. Pero hay veces que por una cosa o por otra podemos realizar ciertas acciones que pueden hacer que la libido decaiga y haga que el momento del sexo se enfríe, por ello hay que evitar ciertos fallos y saber cómo frenarlos si llegan a ocurrir.
Si queremos evitar que la relación sexual se vea truncada, no debemos realizar las siguientes cosas:
Miradas analizadoras: Hay personas a las que les gusta hacerlo con la luz apagada, pero a muchas otras no les importa que entre la claridad, pero no por ello le gusta que le estén mirando determinadas partes de su cuerpo fijamente. Debemos dejarnos llevar, en ocasiones es bueno cerrar los ojos, para que así sintamos mucho más todo lo que estamos haciendo y disfrutar al máximo, si mayores preocupaciones de la relación sexual.
Fingir placer: Hay personas que son realmente silenciosas y apenas se nota que les está gustando y están disfrutando del acto, pero a muchas otras les encanta gemir y gritar. No es bueno que este tipo de reacciones sean excesivas o realmente falsas, ya que arruinan totalmente la relación sexual y harán que la pareja se vea cortada o enfadada si se finge demasiado cuando realmente no te está gustando. Es por ello que, durante las relaciones sexuales, se debe ser sincero y decir a la otra persona cómo te gusta realmente que te lo haga o cómo vas a disfrutar más, así los dos sacareis beneficio del sexo que tengáis.
Tocar y apretar demasiado los puntos erógenos: Hay personas que se obsesionan con hacer llegar a su pareja sexual al orgasmo y que sienta placer, tocando y apretando, sin darse cuenta, más de lo debido determinadas zonas erógenas de nuestro cuerpo. En algunas ocasiones, más que placer hace sentir dolor, por ello es importante comenzar la relación acariciando esas zonas con movimientos suaves, dejando que sean sus propias reacciones corporales como sus gemidos, miradas o estímulos corporales los que nos digan cuando hay que tocar más o se debe aumentar la velocidad.
No mantener una higiene: No es agradable para casi nadie ciertos olores y “sabores” a la hora de acostarse con alguien. Es importante mantener una higiene tanto en axilas, entrepierna, o incluso los pies o el pelo, ya que no debe ser nada sexy acostarse con alguien que huele o sabe realmente mal. Por ello, si se viven una de estas situaciones una idea genial es plantear hacerlo en la ducha, o dártela antes del encuentro sexual.
