La industria del entretenimiento para adultos (pornografía, servicios sexuales, webcams de sexo, clubes, escorts, juguetes eróticos, etc.) es un sector que, aunque permanece en gran parte opaco, reviste una importancia económica, social y gratulatoria relevante en muchos países. En el caso de Bélgica, un país pequeño, densamente poblado y bien conectado digitalmente, esta industria presenta particularidades derivadas de su marco legal, su posición en Europa, su acceso a la red y la transición de lo presencial a lo digital. Este artículo aborda cómo ha evolucionado esta industria en Bélgica; cuál es su tamaño actual estimado; qué empresas o figuras destacan; cómo funciona el segmento de las webcams para adultos y qué perspectivas de futuro podrían observarse. Es importante señalar que este tipo de industria se mueve en buena parte en ámbitos con poca transparencia, lo que dificulta disponer de datos precisos. Además, la industria para adultos se cruza con sectores más amplios (prostitución, entretenimiento digital, comercio electrónico) lo que complica delimitarla únicamente como “pornografía” o “servicios sexuales”.
La historia de la industria del entretenimiento para adultos en Bélgica no está tan documentada de como en otros países, pero se puede reconstruir a partir del contexto más amplio de la prostitución, el entretenimiento erótico y la aparición de los formatos digitales. En Bélgica la prostitución ha sido reconocida desde hace siglos. Por ejemplo, se observa que en la Edad Media ya existía lo que hoy serían servicios de acompañamiento o prostitución regulada en lo que era el territorio belga. En el siglo XIX la regulación estaba bajo control municipal, mediante registro, controles sanitarios, etc. – y en 1946 la legislación federal fijó un marco para los delitos conexos (proxenetismo, locales, etc.). A partir de la década de 1990 y sobre todo en los años 2000, la penetración de internet, el auge de la pornografía online y el desarrollo de webcams de sexo, plataformas digitales y contenido sexual-erótico digital transformaron el sector. Un estudio belga sobre “camgirls” documenta cómo ese fenómeno emergió en los 2000 y alteró tanto la organización del trabajo sexual como las relaciones cliente-modelo.
En el plano regulatorio, un hito clave fue la despenalización del trabajo sexual (prostitución) en Bélgica. En marzo de 2022 la Cámara de Representantes aprobó una reforma que entró en vigor el 1 de junio de 2022, con el reconocimiento del trabajo sexual como actividad autónoma para mayores de 18 años. Más recientemente, a partir del 1 de diciembre de 2024 entró en vigor una ley que permite que los trabajadores sexuales firmen contratos de empleo y tengan beneficios sociales (seguro de salud, pensiones, maternidad), convirtiendo a Bélgica en pionera en ese sentido. Paralelamente, respecto a la producción, distribución y consumo de contenidos para adultos (vídeo, pornografía, erotismo digital), Bélgica se benefició de su buena conectividad de internet (penetración del 95,3 % en 2024) lo que facilita tanto el consumo como la producción digital.
Obtener estadísticas precisas para la “industria del entretenimiento para adultos” en su conjunto es complejo, pero existen varios indicadores que permiten aproximar su magnitud en Bélgica:
Un informe de National Bank of Belgium (BNB) estimó que en 2018 los belgas gastaron más de 1 000 millones de euros en servicios sexuales (prostitución presencial) incluidos visitas privadas, clubs, etc. Cabe destacar que el análisis explicitó que los servicios sexuales digitales (como webcams para adultos) no fueron incluidos en ese cálculo.
En el comercio electrónico, un informe de la base de datos ECDB indica que el mercado belga “Erotic & Adult” (físico + on-line) en 2025 genera mensualmente unos 5 millones de US$, y que la participación de la venta online en ese mercado era del 14,3 % y se espera que suba al 19,8 % en 2029.
En cuanto al entorno digital general, Bélgica tenía en 2024 11,15 millones de usuarios de internet, con una penetración del 95,3 % de la población.
En resumen: la industria del entretenimiento para adultos en Bélgica es económicamente relevante, aunque parte de sus ingresos no estén completamente documentados públicamente. La digitalización (e-commerce, webcams de sexo) aparece como vector de crecimiento importante.
En este apartado conviene distinguir dos segmentos: el de los servicios sexuales (presenciales) y el de la producción/distribución de contenido para adultos (pornografía, erotismo digital).
a) Servicios sexuales / clubes / escorts: En Bélgica existen numerosos clubes de alterne, servicios de escorts y locales de masaje erótico que cubren parte del mercado de la prostitución y el entretenimiento erótico. Dado el carácter privado de muchas de estas empresas, no siempre figuran en rankings públicos. Sin embargo, el hecho de que la industria haya alcanzado más de 1 000 millones € al año de gasto eléctrico en 2018 (sin contar el segmento de las webcams porno) sugiere que hay operadores de tamaño considerable. La despenalización de 2022 otorga a estos operadores un nuevo marco para operar, lo que podría favorecer la aparición de empresas más visibles, reguladas y profesionalizadas.
b) Producción/Distribución de contenidos para adultos: respecto a la pornografía o el contenido para adultos en formato vídeo, Bélgica no tiene, al menos públicamente, gigantes de la industria del calibre de Estados Unidos o Alemania que citen libremente sus nombres en prensa convencional. Sin embargo, existen ferias y eventos importantes que reflejan que Bélgica juega un rol en la industria europea: por ejemplo, el Brussels International Festival of Eroticism (European X Awards) se aloja en Bruselas y es una feria trade show para la industria europea del entretenimiento para adultos.
Este apartado se centra en un segmento específico del entretenimiento para adultos: el de los servicios de webcam o “camming” (modelos que realizan shows en directo por internet).
a) Origen y funcionamiento: El fenómeno de las “camgirls” (y camboys) surgió a comienzos de los 2000 con el desarrollo de internet de banda ancha, videostreaming y las plataformas de pago. En Bélgica, un estudio titulado “Performing Amateurism: A Study of Camgirls’ Work” analiza este fenómeno: las modelos de webcams porno se conectan con espectadores en directo, realizan actuaciones eróticas o pornográficas. Por todo ello, reciben pagos en forma de tokens que se convierten en dinero real, mientras la plataforma se queda normalmente con una comisión significativa (entre 40 % y 70 %). Este modelo permite que personas trabajen desde casa o desde estudios, sin necesidad de contacto físico directo, lo que supone un cambio significativo frente al erotismo presencial.
b) Retos y particularidades de las webcams eróticas en Belgica:
Autonomía vs intermediarios: las modelos pueden trabajar de forma autónoma o a través de plataformas que actúan como intermediarios. Las comisiones elevadas (hasta 70 %) plantean temas de equidad.
Regulación, seguridad y derechos: dado el reciente reconocimiento del trabajo sexual en Bélgica (2022, 2024), surge la pregunta de cómo se regula o se reconoce el trabajo de webcams dentro de ese marco: ¿se equipara con trabajo autónomo?, ¿qué derechos tienen los modelos?, ¿cómo se fiscaliza?
Privacidad y reputación: los modelos webcam se enfrentan a riesgos de exposición, estigma, filtraciones, etc.
Demanda internacional: aunque los modelos estén en Bélgica, su audiencia puede ser internacional, lo que plantea cuestiones de cambio de divisas, tributación, jurisdicción, derechos de imagen, etc.
Competencia y saturación: como en otros países, el mercado de camming tiende a saturarse, lo que puede reducir márgenes y aumentar la presión para diferenciación o nichos.
c) Importancia creciente: El sector de cámaras de sexo en vivo está adquiriendo peso creciente dentro del entretenimiento sexual digital. No existen cifras públicas exactas para Bélgica, pero todo indica que va a seguir creciendo, por las siguientes razones:
El despliegue de internet de alta velocidad, la comodidad del trabajo desde casa y la demanda de contenido erótico personalizado por parte de usuarios.
El hecho de que los servicios presenciales presentan barreras (regulación, horarios, desplazamientos), frente a los servicios digitales.
La globalización del acceso: una modelo en Bélgica puede atender a clientes de otros países, lo que incrementa su potencial de ingresos.
Por todas estas razones, el sector de webcams para adultos en Bélgica merece considerarse como una de las patas estratégicas de la industria del entretenimiento para adultos en ese país.
a) Crecimiento continuo, digitalizado: el escenario más probable es que la industria para adultos en Bélgica crezca de forma gradual, con mayor peso del segmento digital (videochats eróticos, contenido a la carta, VR), una profesionalización paulatina gracias al nuevo marco legal, y posiblemente alguna empresa belga que alcance visibilidad europea en el segmento de plataformas de adultos.
b) Especialización y nichos: dada la fuerte competencia global, es probable que los modelos de negocio belgas se orienten hacia nichos (por ejemplo, contenido erótico en idiomas neerlandés/francés, especialización regional, fetichismos, experiencias en directo personalizadas) en lugar de competir por volumen puro.
c) Integración a la economía formal: gracias a la legislación reciente, los trabajadores sexuales pueden integrarse más en la economía formal (contratos, seguridad social, pensiones). Esto podría derivar en una mayor visibilidad y legitimidad del sector.
d) Innovación tecnológica: el uso de VR/AR, inteligencia artificial (chatbots eróticos, avatares), pagos mediante criptomonedas, plataformas descentralizadas podrían cambiar las reglas del juego, y Bélgica podría tener un papel como laboratorio europeo dada su conectividad y base digital.
e) Riesgos regulatorios y reputacionales: aunque el camino es favorable, cualquier escándalo (explotación, trata, filtración masiva) podría provocar retrocesos en la regulación o endurecimiento de controles que limiten el crecimiento.
En definitiva, la industria del entretenimiento para adultos en Bélgica parece estar en un momento de transición: una base tradicional sólida, un entorno digital creciente, un marco legal que se está volviendo más favorable y una buena infraestructura de internet. Si bien los retos son muchos (regulación, competencia, estigma), el desarrollo del segmento de los videochats porno y el contenido digital para adultos sugiere que Bélgica podría convertirse en un actor cada vez más relevante en Europa en este ámbito. Para los interesados en invertir, emprender o analizar el mercado, Bélgica presenta condiciones interesantes (buena conectividad, marco regulatorio en mejora, bilingüismo/neerlandés-francés que permite acceso a varios públicos). No obstante, el éxito dependerá de la capacidad para innovar, diferenciarse y operar con estándares de seguridad, privacidad y legalidad elevados.