La casa que el londinense tiene ubicada en el barrio Fulham, en Londres, había sido alquilada por él mismo a Davina Ward, una supuesta entrenadora de fitness y fisioculturista de 37 años. Sin embargo, tras esta fachada se escondía “la mujer más caliente, morbosa y salvaje de Londres” como ella misma se denomina.
El periódico The Sun, ha sido el encargado de destapar esta historia tras haber conseguido tener acceso a la propia mansión, la cual ha denominado como “cueva del pecado”, ya que en ella podías encontrar látigos, trajes de cuero y columpios sexuales, o sea, un verdadero paraíso del sadomasoquismo.
A su vez, Davina se encargaba de utilizarla para vender cocaína y otro tipo de estupefacientes, además de realizar rodajes de películas porno por 100 libras la hora, y ofrecer diferentes servicios sexuales por 400 libras (450 euros).
Lo que más llama la atención de este asunto, es que esta mujer vive a menos de 3 kilometros de la mansión de Lampard, junto a su marido Christine Bleakey y sus hijos, pero parece que su casa no era el mejor lugar para hacer este tipo de negocios que llevaba a cabo en la que había alquilado.
El exfutbolista ha conocido la noticia este fin de semana, la cual le ha pillado totalmente por sorpresa, y él mismo ha invitado a su inquilina a abandonar su domicilio, además de estar evaluando en este momento si procede a denunciarle por estos hechos.
Si este hecho, que mencionábamos anteriormente, nos sorprendía este pasado domingo, ayer mismo el jugador hacía pública una fotografía en su Instagram por la cual volvía a ser noticia.
En este caso, el ex jugador del Chelsea, ha sido tachado de sexista por subir una imagen de su pareja junto a su mascota, con un controvertido título el cual decía “Mis dos perras”.
Tras este hecho, y después de que hace tan solo un mes otro ex compañero suyo de la selección de Inglaterra, Steve Gerrard, pasase por lo mismo, se ha visto sumido en un aluvión de críticas por seguidores y detractores por el comentario realizado en la fotografía.